miércoles, 30 de enero de 2008

CARTAS A KOSOVO: MITROVICA

“Llevo diez años sin poder ir a mi propia casa. Estuve en Alemania trabajando y cuando volví, tuve que irme a casa de mis padres” Aferdita Syla, tiene 35 años y es albano kosovar, vivé en Mitrovica y es la directora de la única revista con edición bilingüe en albanés y serbio que existe en Kosovo “desde hace diez años solo he andado una vez por el norte, hace poco fui a cenar con unos amigos, no se lo dije a mi madre, me habría encerrado en casa”

Mitrovica antes del conflicto de Kosovo, fue una zona de fructífera minería, ahora sólo es conocida por ser, al igual que su homologa bosnia, Mostar, una ciudad dividida.

En el Norte: viven serbios, son ortodoxos, la moneda es el dinar y los anuncios están en caracteres cirílico. En el Sur: se habla albanés, se usa el euro, y los alminares de las mezquitas rompen la monotonía del caótico urbanismo kosovar. Y entremedio un río, el Ibar, y sus puentes.

Milos Drazevic lleva cuatro años trabajando para una ONG que reúne a serbios y albaneses con el objetivo de crear puentes entre ambas comunidades. La tarea no es fácil pero no faltan ganas. La ONG en la que trabaja Milos está en el sur, en la parte albanesa, y esto le provoca no pocos problemas. Trabajar con albaneses no está bien visto entre los compatriotas serbios, pero no es sólo eso.

“No soy libre en mi propio país” Milos no puede contener su indignación “¿Quién son ellos para pedirme qué me identifiqué?” Como cada día Milos cruza el puente que une Norte y Sur, y hoy un policía de Naciones Unidas, de nacionalidad rumana, le ha dado el alto y le ha pedido que le mostrara un documento que lo identificara, en el check point permanente que hay en el puente. Desde 1999, el puente es tristemente famoso por ser custodiado por los militares franceses del KFOR, –fuerzas de Kosovo de la OTAN-, y controlado por la policía de Naciones Unidas. Durante el conflicto de Kosovo, los francotiradores de ambos bandos se apostaban en ambos márgenes del río y disparaban a cualquiera que se acercara al puente.

Cuando en junio de 1999, las fuerzas de la OTAN llegaron a Mitrovica, la situación era de conflicto abierto. En ese momento, y debido a las circunstancias, se decidió cerrar el paso en el puente. Lo que debió ser una decisión temporal para proteger a serbios y albaneses, ha terminado marcando a la ciudad de forma permanente. El puente los separa.

Los francotiradores se fueron de la ciudad hace mucho tiempo, pero el miedo a cruzar el puente sigue vivo. El escaso transito es prueba evidente, solo unos pocos se atreven a cruzarlo. La presión de ambas comunidades sobre aquellos que intentan trabajar por un Kosovo en que serbios y albaneses vivan unidos es mucha. Pero eso no quita la esperanza a los pocos que siguen trabajando en ellos. La vida sigue en Kosovo.

kosovarian Puthje -besos kosovares-

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2 comentarios:

A las 1 de febrero de 2008, 18:45 , Blogger Goretti Redondo ha dicho...

... y tu sigues contándola de una manera maravillosa. un beso enorme!

 
A las 6 de febrero de 2008, 18:30 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

 

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