viernes, 22 de febrero de 2008

KOSOVA ME PAVARËSI

O lo que es lo mismo, Kosovo independiente.

El pasado 17 de febrero el primer ministro kosovar, Hashim Thaçi, proclamaba desde el parlamento de Prístina la independencia de Kosovo. Desde entonces la atención internacional se ha centrado en el "nuevo" Estado y hemos asistido a una avalancha de opiniones sobre la independencia del país. Las hay para todos los gustos: desde las posiciones nacionalistas, ya sea serbia, albanokosovar, españolista, vasca o europeísta, basadas en pasiones más que es razones, hasta las de corte jurídico, en las que se analizan la legalidad de la autoproclamación y las consecuencias para los países que reconozcan dicha independencia. Básicamente se puede reducir a posturas a favor o en contra de la independencia.

Desde diferentes foros de opinión se ensalza la victoria de las libertades de un pueblo oprimido –el albanokosovar–, el fin del protectorado neocolonial de Naciones Unidas y la Unión Europea, y la llegada de la paz definitiva a los Balcanes.

Kosovo ha ocupado las primeras páginas de los diarios internacionales, todos los medios de comunicación han dado cobertura al nacimiento de este nuevo Estado. Intelectuales, periodistas y expertos han expresado su opinión al respecto.

Y la verdad sea dicha, se está abusando de la opinión y escasea la reflexión. La independencia de Kosovo no se puede tomar a la ligera, ya que las repercusiones que va a tener van a afectar a todo el mundo.

Se habla de la excepcionalidad de Kosovo. Evidentemente el caso de Kosovo es excepcional, como lo es el de Euskadi, el Sahara occidental, Palestina, Chechenia, Osetia, Voivodina… ¿Quién decide dónde empieza y acaba la excepcionalidad? La independencia de Kosovo abre la caja de Pandora de los nacionalismos del planeta.

La cuestión de la excepcionalidad plantea el problema del reconocimiento, porque una declaración de independencia carece de efectividad si el reconocimiento no es generalizado. En 1991, Alemania y su reconocimiento unilateral de la independencia de Croacia provoco una crisis política internacional que supuso el principio de la guerra de los Balcanes, guerra de la que todavía hoy seguimos sufriendo sus consecuencias.

El problema del reconocimiento nos está llevando a un aparente callejón sin salida: la división dentro de la Unión Europea. Y digo aparente porque es un error creer que, por ejemplo, España no va a reconocer la independencia de Kosovo: la negativa provisional a reconocer el nuevo Estado se enmarca dentro de la campaña electoral en la que nos encontramos. La independencia de Kosovo no ha sorprendido a nadie. Cuando digo a nadie, me refiero a los actores internacionales y, especialmente, a cada uno de los Estados miembros de la Unión Europea, que lleva nueve años en Kosovo como unos de los cuatro pilares en los que se asienta la Misión de Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK).

Por todo ello es absurdo pensar que entre los 27 miembros de la Unión Europea exista un desacuerdo radical acerca de la independencia de Kosovo, lo que no significa que no haya discrepancias ni intereses enfrentados. El proceso de reconocimiento va a ser gradual. Los primeros días sólo han reconocido el nuevo Estado algunos países, entre ellos Francia, Reino Unido, Alemania e Italia –y por supuesto, Estados Unidos–, pero en las próximas semanas o meses se sumarán todos y cada uno de los países miembros; ya que desde hace meses la Unión Europea está preparando el relevo a la Misión de Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK). El pasado sábado comenzó dicho relevo con el envío de los primeros 2.000 funcionarios europeos integrantes de la misión “Kosovo Eulex”. La Unión Europea no puede permitirse que las disensiones internas paralicen un proceso que ya dura nueve años y desbaraten una misión que ha supuesto la mayor inversión monetaria fuera de sus fronteras. Estamos hablando de política: todo está pactado, no hay espacio para la improvisación.

La ruptura de la legalidad internacional

Con la autoproclamación y posterior reconocimiento internacional nos encontramos ante un caso de ruptura de la legalidad internacional. La entrada de Naciones Unidas y OTAN en Kosovo se produjo en virtud de la resolución 1.244 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que estipulaba el protectorado provisional de Naciones Unidas y la defensa de dicho territorio por parte de la OTAN. Hasta que no se apruebe una nueva resolución del Consejo de Seguridad, la resolución 1.244 seguirá en vigor, por lo que, de acuerdo con las leyes y acuerdos internacionales, es ilegal que Kosovo se independice. Una nueva resolución que reconociera la independencia de Kosovo es impensable porque Rusia ejercería su derecho a veto. Dada la imposibilidad de alcanzar un consenso con Rusia en el Consejo y de que se acuerde una nueva resolución, Kosovo está violando la legalidad internacional, y también cada uno de los países que reconozca el nuevo Estado.

Ignorar al Consejo de Seguridad supone la desautorización en toda regla de Naciones Unidas y el desprecio al espíritu de la sociedad de naciones y a la idea de igualdad de los Estados.

He dejado para el final la cuestión de la etnicidad. ¿Pueden serbios y albaneses vivir juntos? ¿Tiene sentido forzar a ambas comunidades a entenderse? Si la respuesta es no, si creemos que los albanokosovares nunca van a ser respetados ni entendidos por los serbios de Belgrado, que la convivencia es imposible, entonces la única solución es conceder la independencia al pueblo albanokosovar.

Esta reflexión me plantea serias dudas.

  1. Si no creemos en la capacidad de convivir de albanokosovares y serbios, ¿por qué se reconoce un Kosovo independiente en el que un 90 % de población albanesa domine a un 8% serbio? ¿Podemos estar seguros de que los albaneses serán mejores gobernantes que los serbios?
  1. El apoyo a la creación de un nuevo Estado con un 90 % de mayoría albanesa equivale a respaldar la creación de un Estado monoétnico, lo que sólo puede sostenerse desde el desconocimiento absoluto de los Balcanes, o una mala fe interesada. Además, implica tirar por la borda trece años de políticas multiétnicas en la región: desde Bosnia hasta Macedonia, pasando por nueve años de políticas multiétnicas en Kosovo.
  1. El sufrimiento del pueblo albanokosovar, con sus 10.000 muertos reconocidos internacionalmente entre los años 1997-1999, su millón de desplazados y sus 15 años de represión por el dictador Milosevic, es compensado con la independencia. Lo que supone al mismo tiempo, el castigo de los 150.000 serbios desplazados/exiliados desde 1999 fuera de Kosovo, y la seria duda sobre los 120.000 que aún residen en Kosovo, a los que se les pone muy cuesta arriba vivir en un nuevo país del que no quieren formar parte pero del que son miembros con los mismos derechos que los albanokosovares.
  1. En Kosovo conviven al menos nueve grupos étnicos diferentes (albaneses, serbios, goranis, bosnios, turcos, húngaros y gitanos romaníes, ashkalíes y egipcios). Algunos de estos grupos en números casi insignificantes, las diferencias interétnicas residen en la convivencia con la mayoría albanesa, y con esta la supervivencia de las mismas.

Y sin duda, mi principal preocupación con respecto a la independencia de Kosovo es qué consecuencias tendrá en los Balcanes. Al norte del río Ibar se concentra el 85 % de la población serbia que vive dentro de Kosovo. ¿Se permitirá a esta mayoría serbia del norte independizarse de Kosovo?

En la región de Tetovo, en el norte de Macedonia, reside la mayoría de albaneses del país, que constituye un 40 % de la población total. ¿Se permitirá a la mayoría albanesa de Tetovo independizarse de Macedonia?

En la República Srpska, entidad serbia en la Federación de Bosnia-Herzegovina, el 96´8% de la población es de étnia serbia ¿Se les permitirá independizarse de Bosnia?

¿Cuántas personas tendrán que abandonar sus casas para poder tener una vida segura?

¿Quién decide los criterios en que se basa la excepcionalidad?

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8 comentarios:

A las 25 de febrero de 2008, 1:17 , Blogger octarina8 ha dicho...

Esperaba tu opinión al respecto.

En cuánto a la independencia de kosovo, ¿quieres decir que hay marcha atrás?.

Lo que importa no es si es o no es independiente, si es o no legal, si se justifica o no la excepcionalidad. En realidad, lo que importa es que no vuelvan a matarse los unos a los otros.

 
A las 25 de febrero de 2008, 13:34 , Blogger nico ha dicho...

En realidad no creo que haya marcha atras. Pero a la misma vez, la independencia no soluciona el problema. Vamos a ver muchos cambios de frontera y muchos desplazados en los Balcanes. La irresponsabilidad de los politicos hará sufrir a mucha gente.

Al mismo tiempo, no creo que vaya a comenzar una nueva guerra, los serbios se sienten muy cansados, pero a la vez muy humillados. No creo que haya guerra, pero si atentados en Kosovo y algun que otro disturbio violento con algun muerto.

 
A las 25 de febrero de 2008, 21:43 , Blogger rAnita nOe ha dicho...

Pues deciden los de siempre. Excepcionalidad o no, ya está hecho. A ver como resulta todo.
Cuídate.
Salu2.

 
A las 27 de febrero de 2008, 12:09 , Blogger Ulla Ramírez ha dicho...

Chapeau por el análisis que haces y... cuidate!

 
A las 18 de marzo de 2008, 23:39 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

 
A las 2 de abril de 2008, 12:33 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Mirëdita! sigues en Prishtina? acabo de dar con tu blog
saludos desde Tirana.

 
A las 4 de junio de 2008, 10:36 , Blogger Unknown ha dicho...

hola nico!
sólo me preguntaba qué era de tu vida ya que no has escrito en un buen tiempo... saluditos desde madrid

 
A las 11 de enero de 2010, 15:07 , Blogger James ha dicho...

excelente análisis, muy bien ponderado, da gusto oir ( o leer) sin estridencias las preguntas y reflexiones que plantea el tema de Kosovo.

 

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