sábado, 30 de julio de 2011

KOSOVO JULIO 2011

Durante el mes de Julio de 2011 he vuelto a Kosovo, en esta ocasión para realizar una investigación parte del master que estoy realizando.


El Kosovo que deje el 28 de Diciembre de 2007, era un Kosovo pre-independiente, donde la declaración de independencia estaba al caer –no pasaron ni siquiera dos meses cuando el 17 de Febrero de 2008, se realizo la declaración en Pristina. El Kosovo de 2011, es un Kosovo con una independencia condicionada –la Unión Europea y los organismos internacionales “monitorean” (horrible palabro) que sigan la hoja de ruta del plan Ahtisaari, mientras buscan una salida a la ratonera legal en la que se encuentran –la falta de reconocimiento internacional de la República de Kosovo –solo 77 estados lo han hecho- dificulta cualquier acuerdo en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas –donde Rusia y China se oponen a cualquier cambio legal que pueda ser considerado un antecedente para los movimientos secesionistas de todo el mundo. Kosovo oficialmente –a los ojos de Naciones Unidas y de la “legalidad internacional”-sigue siendo una provincia de Serbia administrada por Naciones Unidas, la realidad es que Kosovo es independiente –de hecho que no de derecho- pero no por ello menos independiente.

En 2011 me he encontrado una ciudad con menos “expertos internacionales” –me voy a permitir un chiste fácil: los Pajeros han abandonado Kosovo.—leer nota para pillar el chiste. Es un poco rebuscado pero, yo soy de humor bizarro.

Los cafés del centro de Pristina que rodeaban las sedes de Naciones Unidas, la Unión Europea, OSCE y demás, han pasado de estar tomados por las hordas de diplomáticos y burócratas de todo el mundo, a ser el lugar en el que la “gente guapa” de Kosovo se deja ver o hace negocios.

Pristina es hoy más albano-kosovar que nunca y menos “multi-étnica” de lo que nos gustaría. Pero no lo digo con acritud, tan solo representa la realidad de Kosovo, donde más del 80% de la población es albano-kosovar, y donde las “comunidades” son menos visibles y viven más encerradas en si mismas.

A este nueva república de Kosovo le queda mucho camino por recorrer, y tengo la sensación de que no va a ser tan fácil como muchos piensan. La independencia –condicionada, de hecho, alegal o ilegal o cómo queramos llamarla- no ha resuelto muchos de los problemas que acarreaba Kosovo. Una economía extremadamente frágil, unas tasas de desempleo que superan el 60% (aunque las autoridades de Pristina se empeñen en maquillar las cifras nunca bajan de 45%), una economía dependiente de las ayudas internacionales y el dinero de la diáspora, todo esto deja un escenario en el que el 30% de la población vive por dabajo del umbral de la pobreza y donde el 13% vive en la extrema pobreza con menos de 1 dólar diario… A lo que hay que añadir una clase política poco formada en los lides democráticos (y con un historial cuanto menos controvertido), grave corrupción, carencias institucionales y de infraestructuras básicas, un sistema educativo y sanitario deficitario y un largo etcétera en el que no faltan vulneración de los derechos humanos de algunos segmentos de la sociedad.

Cuando me fui de Kosovo en 2007, había un ambiente triunfalista con la inminente llegada de la independencia, se esperaba que la independencia trajera de la mano un nuevo Kosovo –creo que literalmente— pero la realidad es otra. Hoy, ante un desanimo general por la falta del status independencia real –el status de país independiente reconocido internacionalmente permitiría a Kosovo formar parte de la comunidad internacional y solicitar la admisión en los organismos internacionales –solo el Banco Mundial y la Fondo Monetario Internacional han aceptado a Kosovo ante la necesidad de los prestamos que exigía la economía kosovar—. Estos organismos internacionales podrían traer inversiones extranjeras y los tan deseados visados .

El futuro de Kosovo sigue siendo incierto, los casos de violencia de los últimos días son una señal más de la fragilidad de la paz en Kosovo, y por extensión en los Balcanes. El tan deseado status final tendrá que seguir esperando y mientras tanto, Kosovo seguirá en el limbo legal con todo lo que esto significa.

Le deseo suerte, la van a necesitar.


Nota : Mitsubishi Pajero es el 4x4 que Naciones Unidas usaba en Kosovo –también en otras muchas misiones-, durante mucho tiempo, la presencia de los Pajero era el símbolo de los “internacionales”, de las inversiones extranjeras y de las donaciones internacionales.

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miércoles, 6 de julio de 2011

Realidad 1 idealismo 0

Mira durante 5 minutos estas fotos. Luego si quieres y te quedan ganas, lee el post en el que explico quiénes son y por qué están ahí/así.


Hoy he visitado Plementina.

ACLARACIONES:

Plementina es un “enclave serbio”, esto quiere decir que es un pueblo rodeado por población albano -kosovar en el que viven serbo-kosovares y “minorías”.

“Minorías” son diferentes grupos de romanies (en Kosovo hay oficialmente tres subgrupos de romanies: Romas, Ashkalies y Egyptians -comunidades RAE- ), más conocidos pero no muy políticamente correcto como “gitanos kosovares.”

La mayoría de las “minorias” –a partir de ahora romanies- de Plementina fueron expulsados de un pueblo cercano de mayoría albano-kosovar en junio de 1999 –coincidiendo con el despliegue de la OTAN en Kosovo y el retorno de los albano -kosovares tras el éxodo forzado por las tropas de Milosevic.
Cuando en 1999 los romanies llegaron a Plementina, tuvieron que acampar, poco después el campamento se “formalizo” por los organismos internacionales –UNHCR/ACNUR, Naciones Unidas, Cruz Roja y otros- llamándose Plementina IDP campamento

IDP (son las siglas en inglés de Internal Displaced Person –Persona desplaza en el interior del país), una mala y simplista definición de IDP sería: refugiados internos –pero es una definición incompleta, “refugiado” es un estatus politico aceptado por la legislación internacional, sobre los IDP prácticamente no hay consenso ni amparo legal internacional.

Después de muchas dificultades y años, se construyeron dos bloques de pisos para reubicar a los romanies IDPs. Estos hogares se dieron en propiedad a los romanies.

Desde enero de 2011, tras el segundo incendio en uno de los bloques y problemas en el sistema de canalización de aguas, una veintena de familias ha decidido acampar en los alrededores de los bloques ante la imposibilidad de continuar viviendo en esos pisos –básicamente los problemas de salubridad, humedades, falta de agua corriente y luz electrica-

12 años después han vuelto a donde empezaron, a una tienda de campaña.

12 años después las donaciones internacionales, el esfuerzo de la “comunidad internacional” por mejorar las condiciones de vida de las minorías étnicas en peligro de exclusión, los programas anti-discriminación, los proyectos de integración, y demás palabras biensonantes se han convertido en papel mojado…

12 años después los niños romanies vuelven a vivir en una tienda de campaña con toldos de UNHCR.

El idealismo ha sido vencido por la dura realidad.

El infierno en la tierra se llama Pobreza y su apellido Olvidados.

Siento lanzaros esto a la cara, pero es lo menos -¿único?- que puedo hacer, compartirlo con vosotros.
Estos ojos –los ojos de la inocencia- no son culpables de nada... Pero esos ojos me van a perseguir de por vida. ¿Qué podemos hacer para cambiar su suerte?


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lunes, 4 de julio de 2011

Recuerdos Vs Realidad 2.0

Como decía ayer, han pasado cuatro años desde que me fui de Kosovo. Mucho o poco, depende del punto de vista. Para mi, antes de aterrizar en Kosovo, estos últimos cuatro años parecían décadas, pero fue bajarme del avión, encontrarme con Mick –“el Dire” de la ONG en la que estuve como voluntario, y reencontrarme con el infernal tráfico kosovar, para que las décadas pasaran a ser días.

Mientras conducíamos hasta Pristina, se lo comenté a el “Dire”. El me miro con su media sonrisa y me dijo “todo sigue igual, nada ha cambiado demasiado desde que te fuiste” (esto no dejaba de ser un comentario irónico por su parte, si las cosas no han cambiado, significa que las cosas siguen mal inKosovo. Una pequeña broma de “el Dire”)

En el trayecto que separa el aeropuerto de Pristina del centro de la ciudad (menos de 20 kilómetros, pero casi 40 minutos de coche) nos pusimos rápidamente al día. Cuatro años de mi vida hiper-resumidos. Y todo sigue igual.

Así que por la tarde, me dediqué a pasear por el centro de la ciudad, buscando los rincones donde recordaba haber pasado grandes momentos: la pequeña librería-videoteca bohemia donde hablaba con los dueños de cine mientras tomábamos cervezas en el jardín trasero, el café de los artistas que servía de punto de encuentro y debates, el pequeño restaurante turco que preparaba el mejor lahmacun que he probado… salí a buscar estos lugares, recorriendo mi memoria algo oxidada, buscando la familiaridad perdida y esperando reencontrarme con alguna cara conocida, para que el esqueleto de la ciudad más fea del mundo recuperará el alma… Pero no hubo mucha suerte, uno tras otro, los lugares que mis recuerdos buscaban se enfrentaron con la insensible realidad, el tiempo ha pasado para todos… La librería-videoteca ha pasado a ser una frutería, el café de los artistas está en obras y no quedan ni los muros y el restaurante turco… el restaurante turco esta cerrado por vacaciones hasta el 24 de julio… estoy contando los días para volver a probar el lahmacun –tan solo espero que mi memoria no haya idealizado demasiado el manjar otomano y la realidad golpe de nuevo mis recuerdos…

Quizá por eso es mejor no volver a los lugares donde fuiste feliz… Disfrutar viviendo entre idílicos recuerdos, en lugar de mirar con cara de tonto una frutería sin espíritu bohemio.

kosovarian Puthje -besos kosovares-

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domingo, 3 de julio de 2011

Volver a Kosovo 2.0

Nunca has de volver al lugar donde fuiste feliz.

(no sé de quién es la frase, pero en Google dicen que es parte de la canción “Peces de ciudad” de Sabina, aunque nunca la escuche…)

Pues si, cuatro años después, vuelvo a Kosovo. Ha pasado mucho tiempo –al menos para mi- y muchas cosas han pasado en mi vida. Llevo 3 viviendo inTokio y ahora ya no soy voluntario sino que he venido para investigar sobre el tema de la tesis del master que estoy preparando.

Volver a Kosovo presenta una extraña mezcla de sensaciones… No sé como explicarme, refiriéndome a la cita del principio, no sé si fui “feliz” inKosovo, lo fui a ratos, pero también hubo momentos duros… pero sin duda fue una experiencia importante en mi vida.

Durante los 8 meses que pasé en Kosovo en 2007, viví la pre-independencia –momento de gran agitación—, los debates de la “comunidad internacional” expatriada inKosovo, la experiencia de vivir con una familia de acogida –suena horrible en español, lo que quiero decir es que viví con una familia como huésped en su casa— viví el invierno más frío de mi vida (menos 10 grados en mi habitación, sin calefacción ni electricidad), viajé a lo largo y ancho de los Balcanes –imprescindible entender Kosovo— y muchas más cosas, algunas pequeñas y otras grandes…

De una forma o de otra, Kosovo me marcó y ahora 4 años después he vuelto.

Dicen que nunca segundas partes fueron buenas (excepto las excepciones de “El imperio contraataca” y “El Padrino 2”) pero bueno, no adelantemos acontecimientos, vamos a ver que va todo. Prometo compartirlo con vosotros.

kosovarian Puthje -besos kosovares-

PS: aprovecho para revivir mi blog nicoinkosovo, así que a partir de ahora colgaré los post en nicointokio y nicoinkosovo ^_^

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